Si no sabes lo que es un perfil decorativo, en este artículo te contaremos qué son y cómo pueden ayudarte a enriquecer tus espacios.
Existen una gran variedad de perfiles decorativos: molduras, cornisas, rosetones, marcos, ménsulas, zócalos, por mencionar solo algunos. Cada uno de ellos tiene una función específica en interiorismo, pero su rasgo principal es que se trata de elementos que contribuyen a aportar detalles refinados a techos, puertas, pisos o ventanas. Para saber cómo podemos aprovecharlos para resaltar al máximo nuestros ambientes, resulta especialmente interesante conocerlos.
La moldura es un elemento decorativo en relieve que suele mantener un perfil similar en todo su trazado. Al estar disponible en una gran variedad de estilos, formas y tamaños, constituye un perfil decorativo muy apreciado en arquitectura.
Independientemente de si se trata de molduras de yeso o algún otro material como madera, se suelen emplear para evocar atmósferas clásicas en la decoración, pero también como un elemento funcional para ocultar cables o imperfecciones. Por su relieve, resultan perfectas para demarcar la transición entre el papel pintado o la pintura de pared, o incluso pueden colocarse a la altura de los respaldos de las sillas de un comedor para evitar manchas, creando así muros decorativos.
La variedad de molduras es realmente amplia y existen una gran variedad. A continuación, mencionaremos algunos de los tipos más conocidos y utilizados.
Se denomina rosetones a las molduras para techo, que suelen colocarse en superficies de grandes dimensiones con el objetivo de romper la monotonía y servir como un anclaje visual. A su vez, también pueden utilizarse para paredes o muros, o incluso para enmarcar lámparas de techo o diferentes objetos decorativos situados en la zona central de una estancia.
Las cornisas son un tipo de moldura que suele situarse entre las paredes y los techos para servir de transición. Además de su función decorativa, resultan ideales para disimular fisuras o grietas que puedan existir. Incluso pueden ser de utilidad para esconder el sistema de rieles de algunas cortinas.
En los pisos de estilo clásico, es frecuente encontrar esta combinación, especialmente en ambientes como dormitorios y comedores. Su combinación hará lucir el techo como si fuera más alto.
Los zócalos son un tipo de perfil decorativo que se coloca entre los suelos y las paredes, cuya función principal es la de proteger de roces. A nivel estético, es posible que sean del mismo color que las paredes, o elegir un tono diferente que se complemente bien para un aspecto más original. Suele recomendarse que sean resistentes al agua por si existe humedad en el ambiente, y pueden llegar a tener hasta 20 centímetros de altura.
Este tipo de ornamento puede combinarse con cornisas o colocarse bajo vigas a la vista para crear transiciones elegantes asociados con un estilo decorativo clásico. Generalmente se sitúan en los ángulos.
Tras haber descripto los tipos de molduras principales, debemos tener bien en claro dónde vamos a colocarla para saber cuál será la mejor alternativa. Una vez que sepamos si la moldura irá en el exterior o el interior, y en el techo o la pared, podemos analizar si queremos que sea lisa o decorativa, sus dimensiones, y el presupuesto del que disponemos para optar por alternativas de mayor o menor calidad.
Fundamentalmente, las molduras suelen construirse a partir de madera, yeso o poliuretano. Lógicamente, cada material implicará una serie de características específicas. En el caso de la madera, suele usarse madera dura, como la de roble o caoba, y se asocia a acabados de gran calidad. Se trata de una de las alternativas más costosas. También pueden hallarse molduras de yeso, aunque no suele ser la opción más recomendable por ser de difícil instalación y no contar con demasiada resistencia a la humedad. Por último, el poliuretano es un material de aspecto similar al del yeso, pero más suave. Su instalación resulta más sencilla y es tan estable frente a la humedad que puede usarse perfectamente en exteriores. Su fácil instalación y versatilidad son otras de sus ventajas más destacables.
Aunque estos perfiles decorativos han tenido un uso fundamentalmente ornamental, con el paso del tiempo los expertos en interiorismo han reparado mucho más en su funcionalidad. Por otro lado, el hecho de que se fabriquen en materiales diversos como los mencionados anteriormente y que exista una gran variedad de diseños y acabados ha hecho que su uso se haya extendido y no sea un complemento decorativo reservado únicamente al estilo clásico de decoración.
Uno de los principales desafíos a la hora de decorar una vivienda es encontrar el modo de distinguir ciertos ambientes que no son especialmente grandes. Las molduras decorativas resultan unas excelentes aliadas para ayudar a crear estas delimitaciones visuales, mientras ayudan también a romper la monotonía y a que las habitaciones parezcan más grandes de lo que en realidad son.
Un ejemplo clásico es la separación del comedor y la sala. Si además de colocar molduras nos decidimos a que sean de un color diferente al del techo o las paredes, destacarán aún más y sus propiedades para separar ambientes se verán potenciadas.
Otro efecto digno de resaltar de las molduras y los perfiles decorativos en general es su capacidad para crear una sensación de profundidad en cualquier amiente, cualquiera sea su estilo y color. Adicionalmente, estos elementos decorativos ya han sido ampliamente adoptados por diversos estilos decorativos, sea rústico, vintage, minimalista o escandinavo, y hace rato han dejado de estar asociados a imponentes estilos clásicos. ¿Te animas a incorporar alguna para darle un toque diferente y original a tus estancias?