Cómo trabajar con un diseñador de interiores

María Bausán María Bausán
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Si hemos llegado a la conclusión de que decorar nuestro hogar no es una tarea tan divertida como prometía en un principio, quizá no es mal momento para plantearnos echar mano de un decorador de interiores. Al hacerlo estaremos cediendo un proyecto personal, algo muy propio que está en nuestra cabeza. Por eso, aunque si bien es cierto que nos estamos poniendo en manos de verdaderos profesionales, es importante saber comunicarnos con ellos. Y es que los diseñadores de interiores están capacitados para guiarnos a través del proceso de preparación del proyecto, pero cuanto más claras tengamos las cosas nosotros, mejor. Por eso no es mala idea preparar un poco nuestra primera entrevista con ellos con el fin de saber transmitir exactamente lo que queremos. 

Aquí os dejamos una breve guía de los temas más importantes que, con el fin de aclarar las diferentes facetas que conforman nuestro proyecto, no debemos dejar de abordar. Unos consejos para facilitar y hacer más fluído el diálogo entre nosotros y nuestro diseñador de interiores.

Planificación y programación

Lo primero que debemos abordar con nuestro diseñador va más allá del proyecto en sí. No hablamos de contenido, sino de los detalles de planificación y programación del mismo, ya que son factores a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo la reforma. ¿Qué período de tiempo estamos dispuestos a asignar al proyecto? ¿Cuándo queremos comenzar y terminar el trabajo? ¿Qué nivel de participación vamos a tener en el proyecto y qué nivel de responsabilidad estamos dispuestos a asignar a los diferentes profesionales? Otros factores que pueden afectar al desarrollo del proyecto son, por ejemplo, si ya vivimos en la casa que vamos a decorar o si por el contrario estamos llevando a cabo la reforma antes de mudarnos. En cualquier caso, que no cunda el pánico, una buena organización y un calendario detallado pero flexible hará que todo fluya más fácilmente. 

Estilo y personalidad

Aunque cada diseñador tiene su propio estilo y trabaja con un tipo de mobiliario, materiales o colores, no nos olvidemos que nosotros somos el cliente y que el resultado final debe parecerse a nosotros. En este trabajo las dos partes están implicadas y se trata de una colaboración, no de un proyecto en solitario. Tómate tu tiempo para entender el estilo personal del diseñador y échale un vistazo a su portfolio. De igual manera hazle saber tus gustos y necesidades y aquellos rasgos de nuestra personalidad que queremos que transmita nuestra casa. Los decoradores de interiores son a menudo auténticas enciclopedias con gran formación en historia del arte e historia del diseño. Ellos encontrarán los muebles, estilos y colores que más puedan interesarte. Tampoco hay necesidad de estar a la última en decoración, pero si saber qué cosas nos gustas y cuáles no. Es importante tenerlo claro, pero también ser flexible y dejarse aconsejar. ¡El resultado puede sorprendernos muy favorablemente! 

Si quieres leer más sobre decoradores de interiores españoles, échale un vistazo a este libro de ideas.

Pensar en nuestras rutinas

Una de las claves para contratar a un diseñador de interiores es su capacidad para diseñar espacios que se adaptan a nuestro estilo de vida. Por tanto, a la hora de utilizar sus servicios es necesario plantearse algunos aspectos importantes: ¿Cuál es nuestra rutina diaria? ¿Cómo vivimos nuestros espacios? ¿Qué estilo de vida llevamos? No es lo mismo diseñar una cocina para alguien que siempre come fuera que para aquellos a los que le gusta mucho invitar a cenar en casa a toda la familia. Tener en cuenta estos detalles servirá al diseñador para crear una vivienda adecuada a nuestras necesidades y facilitará mucho su tarea, mejorando nuestro nivel de satisfacción con el resultado final.

Seguridad

Hay quien sueña con una escalera flotante minimalista o con una gran chimenea que domine el centro de la sala de estar. Si bien estas ideas pueden parecer fáciles de ejecutar en revistas de diseño, a la hora de la verdad pueden ser mucho más complicadas de lo que imaginábamos. El arquitecto de interiores y otros profesionales del diseño tienen una formación que nos ayudará a entender la complejidad inherente a cada proyecto y la viabilidad de nuestras ideas. Por eso no debemos tener miedo a compartir nuestras metas y preocupaciones, por compleja que estas sean. Ellos serán capaces de entender nuestra visión y traducirla a un resultado realista y, sobre todo, seguro. 

Ojo al presupuesto

El presupuesto es sin duda un factor decisivo. Es importante ser honesto con el diseñador de interiores desde el inicio del proyecto. ¿Cuánto estás dispuesto a invertir en tu proyecto? ¿Es una cantidad fija o flexible? ¿Cuáles son tus prioridades? El diseñador tendrá en cuenta todos esos factores y buscará la manera de que el presupuesto no afecte al resultado. Así, será capaz de encontrar una alternativa interesante a esta hermosa y carísima silla italiana con la que nos hemos encaprichado o esa singular lámpara de la que nos enamoramos en un hotel de Marruecos. También puede sugerir un modelo más barato de cerámica para el suelo de la cocina que hará que podamos invertir más en el frigorífico, si es que este es realmente importante para nosotros. Hacer malabares con el presupuesto es otra de las funciones del diseñador de interiores, coger un poco del salón para llevarlo al dormitorio, o invertir más en la piscina y menos en la terraza. 

Trabajar con un diseñador de interiores nos asegura una solución adaptada a nuestro proyecto de transformación del hogar. Podemos encontrar una variedad de diseñadores y arquitectos de interiores españoles e internacionales visitando nuestra sección de expertos

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