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Ha llegado el verano, e igual que cambiamos nuestra ropa, debemos cambiar nuestra alimentación. Se acabaron los guisos y los platos pesados del invierno: es el momento de comidas ligeras y refrescantes.
Pero aunque cocinemos menos en verano, la cocina sigue siendo un lugar clave. Es posible que cambiemos mesa de la cocina por terraza o jardín, pero la comida, como tal, hay que seguir preparándola en la cocina.
A continuación vamos a descubrir seis cocinas donde llevar a cabo seis recetas muy veraniegas.
Reconozcámoslo, en verano a nadie le gusta meterse entre los fogones. Por eso muchos optamos por la opción más sencilla y apetecible para el verano: la ensalada. Esta cocina, de aspecto rústico, como demuestran sus vigas de madera, sus gruesos muros y su mobiliario, nos traslada a una bucólica casa de campo, donde seguro que la ensalada sabe más rica, sobre todo si los ingredientes los sacamos de nuestro propio huerto.
La estrella de la gastronomía veraniega de nuestro país son las sopas frías. Hay quién es más de gazpacho y hay a quién le va más el salmorejo. Ambas son opciones exquisitas para un día de mucho calor. En esta moderna cocina, donde predomina el gris y las líneas rectas, el toque rojo no solo se lo da el tomate, ingrediente estrella de cualquiera de estas dos sopas frías, sino la original lámpara que cuelga del techo, hecha con botellas de refresco.
Su nombre nos desvela su origen, pero la ensaladilla rusa es un plato tan popular en nuestros veranos que se ha ganado a pulso la nacionalidad española. No es un plato rápido, ya que solo cortar todas las verduras nos llevará un buen rato, pero sin duda es una gran opción para los encuentros familiares. Para llevarla a cabo necesitamos organización y espacio, algo fácil de conseguir en esta cocina de amplia encimera y grandes cajones, donde tener todo a mano es más fácil que nunca.
En verano no pueden faltar los platos de marisco y pescado. En cocinas como la de esta casa del arquitecto Octavio Mestre en Andratx, pegaditas al mar, no puede faltar un buen salpicón de marisco. Y es que no se puede negar que cocinar productos marinos mientras uno escucha el rumor de las olas es mucho más inspirador.
Las frutas son imprescindibles para la dieta veraniega. Desde los clásicos de la temporada: sandía y melón, a las macedonias de fruta. En verano nos deshidratamos más y necesitamos un mayor aporte de vitaminas. Cualquier cocina puede ser un buen sitio para picar fruta y preparar macedonias y zumos, pero la isla de esta cocina, tan despejada y luminosa, invita mucho más. Una combinación clásica de colores, blanco y negro, que solo se ve rota por las originales lámparas rojas.
En nuestra última cocina de hoy, donde destacan la baldosa hidráulica y los azulejos lacados de corte industrial de las paredes, no vamos a preparar ningún plato, sino una bebida muy especial: un café con hielo. El primer café con hielo que pedimos en una terraza es como el primer helado de la temporada: una señal de que el buen tiempo ha llegado para quedarse y que ha dado comienzo el tan esperado verano.
