La puerta exterior de una casa es una declaración de principios: informa cuál es el estilo de la casa, da pistas sobre la personalidad de sus ocupantes, y permite intuir cómo será el ambiente en el interior.
Por supuesto que una puerta tiene que cumplir el requisito básico: dar seguridad. Para ello, además de su confección en madera maciza o hierro, cabe tener en cuenta el sistema de cerradura que se instale.
Pero una vez resuelto este tema, se puede optar entre diseños clásicos, vanguardistas, rústicos, o darle toques decorativos como la elección de un color que contraste, o rodear la entrada con adornos o arbustos.
La idea es que desde el exterior, gracias a la fachada el mundo conozca nuestro interior. Y para ello, la puerta es el canal de entrada a nuestro pequeño universo.