El estilo kitsch

Gabriela  García Gabriela García
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El kitsch  es un movimiento decorativo sin un estilo determinado, que suele estar considerado como “cursi”. Entre sus particularidades sobresale la tendencia a acumular una cantidad exagerada de objetos de estética recargada, en espacios donde nada se considera de más. 

La palabra kitsch deriva del alemán, y el término se aplicaba a los dibujos y bocetos baratos y de dudosa calidad que se vendían en la ciudad de Münich entre 1860 y 1870. Desde siempre se lo consideró sinónimo de lo vulgar, y definió el gusto de la burguesía adinerada alemana. Estos habitantes, emulando la conducta de los “nuevos ricos”, llenaban sus casas de objetos con la intención de igualar el estatus que veían en las personas pertenecientes a la élite o la clase aristocrática. Si bien un objeto o una decoración kitsch presupone ser de dudoso gusto y mala calidad, es una tendencia que hoy está de moda y se puede adoptar con moderación para agregar un toque de color y personalidad. 

Cosas por allí, cosas por allá

El kitsch podría ser un equivalente moderno del antiguo barroco, donde se busca una exageración en las formas o los objetos. En la imagen se puede apreciar una auténtica decoración kitsch que reúne una colección de muñequitos, macetas, pequeñas esculturas y estatuillas. Y el toque distintivo está dado por el el color, donde no falta el rosa chicle, el turquesa y el verde manzana.  

Un patchwork multicolor

El kitsch es un término algo despectivo que denota que reúne materiales económicos o de baja calidad que imitan a otros más valiosos. La estética es ostentosa y busca aparentar, por eso se suele utilizar el plástico para imitar el oro, el cristal o la madera. Otra cualidad es el abuso del color, tal como se puede apreciar en la imagen, donde tanto el sillón de dos cuerpos como el sofá fueron tapizados con una llamativa variedad de estampados y texturas. Al fondo, la decoración completa la idea, ya que se incluyeron candelabros de varios colores y un espejo con un marco recargado, repleto de flores multicolores. 

Algo setentista

El movimiento kitsch es una manifestación artística que elige elementos de uso diario con patrones estéticos coloridos y recargados. Hay predilección por los colores vibrantes como el rojo y el naranja, y tiene mucha proximidad con el movimiento pop que tan famoso hizo el artista norteamericano Andy Warhol. Se incorporaron imágenes de la cultura popular y el kitsch, pero no con una idea decorativa sino más bien con un toque de ironía usando el concepto del arte barato. 

Animalitos multifunción

Esta maceta con forma de gato es una creación de Frida Cerámica y tiene en su espalda una oquedad donde se alberga la tierra ideal para criar suculentas. La incorporación de objetos utilitarios con formas de animales son clásicas en el movimiento kitsch, donde los preferidos son los animales domésticos.

El clásico pingüino

Esta iconográfica jarra de vino fue muy usada en las cantinas hace más de medio siglo. Con el tiempo cayeron en desuso, en parte por su estética pasada de moda y también porque dejó de consumirse el vino de la casa. Con el resurgir del movimiento retro, kitsh y pop. los pingüinos volvieron con todo y se los puede ver en las mesas de los bares y restaurantes más cool de las principales ciudades. 

Los venados de antes

Un elemento decorativo kitsch es sin duda la colección de cabezs de venado y otros animales de caza. Estas podrían estar en un club de cazadores sin llamar demasiado la atención. Pero cuando conviven en un living con un empapelado a rayas verticales, una gran colección de platitos de porcelana y unos recargados sillones de cuero con capitoné, se vuelven sin duda un elemento de kitsch por excelencia. 

Acrílico y animales

En algunos hogares se suelen construir altares que simulan ser lujosos con la idea de agradar a los dioses. Pero en realidad se usan materiales baratos como el acrílico, el vidrio y el plástico. Se incluyen muchas cabezas de animales y colores vibrantes como el celeste, el amarillo, el fucsia y el verde manzana. Todos los elementos de distintos materiales conviven en una caótica armonía llamando la atención del espectador. 

Formas coloridas

El kitsch es amante de las formas sinuosas o curvas y los colores vibrantes. El ejemplo se puede apreciar en en estos candelabros de cerámica amarillo intenso, con un corazón naranja subido. En ocasiones los objetos diseminados por las mesas y repisas no se usan sino que se exponen con fines decorativos para llenar el espacio de formas y color. 

Si te gusta el kitsch y querés decorar sin equivocarte, en este libro de ideas tenés algunos consejos. 

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